Boeing 787, ¿Qué pasa con el Gigante?

Las fallas de las baterías que han afectado a la nueva nave insignia de la fábrica de aviones Boeing ha desatado muchas especulaciones y comentarios diversos; sin embargo, ¿qué tan grave es el asunto?

 Es cierto que las fallas de las baterías y cableado han obligado a las aerolíneas que operan el 787 a poner sus nuevas aeronaves en tierra, generando millones de dólares en pérdidas por vuelos cancelados y cambios de último momento en la logística de traslado de pasajeros. 

Por otro lado, todo invento o innovación está expuesto a fallas lógicas al desarrollar algo nuevo; si usted ha comprado algún coche, artefacto o máquina nueva; sabrá que un punto importante es la garantía "por si no me sale bien". 

Siendo el caso de la aviación, el nivel de seguridad no puede dejar ningún margen de error; por lo que cualquier detalle que se encuentre en una nueva aeronave resulta un gran problema que debe ser resuelto. 

A través de la historia aeronáutica, una gran cantidad de aeronaves que fueron presentadas al público como nuevas -en su época- resultaron con diversas fallas, algunas de ellas fatales: Howard Hughes sufrió un accidente al presentar una nueva aeronave para la Air Force; el Comet británico que voló en diversas aerolíneas a nivel mundial, incluyendo a Mexicana, tuvo accidentes fatales al desprenderse las alas por fallas de resonancia, lo que generó que fuera dado de baja; y más recientemente, el enorme avión A380 de la europea Airbus encontró varias fallas que postergaron las entregas de sus aeronaves por algunos años; esto sólo por mencionar algunos ejemplos. 

Por ahora, parece ser que los ingenieros aeronáuticos de Boeing ya encontraron la causa de este problema -magnificado y exagerado por los medios, pero no por los especialistas de este tema- y trabajan en la elaboración de una solución, por lo que podría ser que Boeing ya ve la luz al final del túnel. El Boeing 787 no volverá al aire hasta que este problema este resuelto; así que no se preocupe, estimado algo lector, si llega a volar en alguna de estas aeronaves que ya adquirió AeroMéxico, pues, como se dice: "ya están caladitos".